“El sueño de los perros”, un cortometraje dirigido por Dídac Gimeno, nos sumerge en una atmósfera inquietante y misteriosa.
Aunque no se especifica la ubicación exacta, fue rodado en una cantera cerca de Villafranca del Campo y la central eléctrica de Aliaga, la historia se desarrolla en una tierra baldía al anochecer. Esta elección crea un ambiente desolado y aislado.
Una madre y su búsqueda, Esther, interpretada por Ruth Díaz, es la protagonista. Busca a su hijo César, quien ha sido atacado por una criatura de la noche. La escenografía refleja su desesperada búsqueda, con las localizaciones, sus perros de caza, su ballesta, la autocaravana desorganizada con la lucha de Esther entre mitos y leyendas buscando soluciones y protección para ella y su hijo. Estos elementos visuales añaden tensión y sugieren peligro.
La elección de una tierra baldía como escenario es simbólica. Representa la soledad, el miedo y la lucha por la supervivencia. Aunque no se muestra directamente, la criatura es parte integral de la escenografía, descubriendo en una de las partes donde se refugia y conserva sus pertenencias siguiendo sus propios mitos y rituales. Su presencia invisible pero amenazante impregna cada escena.
En resumen, la escenografía de “El sueño de los perros” contribuye a la atmósfera de terror y desesperación que se busca transmitir. La tierra baldía, los perros y la búsqueda desesperada de Esther se entrelazan para crear una experiencia cinematográfica intensa.